*Durante el mes de marzo es común apreciar el canto del ave hasta en el trayecto carretero rumbo al lugar conocido como “Peña Alta”, donde se observa la barranca
Juan David Castilla
Teocelo, Ver.- Un silbido melódico, aflautado y acuoso se escucha a distancia. Entre las ramas de los árboles se esconde un ave, de unos 25 centímetros de longitud, plumaje amarillo en pecho, con alas y cola negras, cuyo canto es inconfundible y resulta un “éxtasis” para quienes caminan sobre una calzada rumbo al lugar conocido como “Peña Alta” y refrescarse en el río Texolo.
“Oriol-oriol”, pareciera el canto de la oropéndola sobre el camino antiguo que conducía al municipio de Xico, entre una zona boscosa hacia un humedal. Su nombre científico es Oriolus oriolus y se relaciona con el sonido que emite.
Su vuelo es rápido y ondulado. Además, construye su nido colgándolo de las ramas horizontales de los árboles, algunos de ellos, de más de cinco metros de altura.
Soraya Xilot visita por lo menos cada 15 días la zona, en compañía de su esposo y nieto. Pasan un rato en contacto directo con la naturaleza y respiran aire limpio y fresco, tras el encierro por la pandemia del Sars-Cov-2 (Covid-19) y la necesidad de visitar un lugar seguro sin riesgo a un contagio.
El vehículo debe estacionarse en la congregación Santa Rosa, a poco más de un kilómetro de la cabecera municipal de Teocelo, para posteriormente iniciar el recorrido a pie, durante unos 15 o 20 minutos. En todo el trayecto, después de caminar junto a pequeñas matas de café, es incesante el canto de la oropéndola.
“Su nombre, me imagino, es por su color amarillo dorado, impresionante, bonita y muy acogedora (el ave). Le decía a mis hijas: no soy capaz de capturar el canto pero de verdad es una emoción inmensa poder disfrutar el canto de la oropéndola. Siento mucha paz cuando la escucho, es un éxtasis, la verdad, porque hay que disfrutarlo. Es un sonido hueco, que le da identidad al ave”, narra.
Durante el mes de marzo es común apreciar el canto del ave hasta en el trayecto carretero, donde se observa la barranca, en la zona de La Ermita. Se trata de un pájaro europeo, que inverna en los trópicos, para después emigrar a Europa y allí pasar el verano. Su nombre científico proviene del latín “aurum”, que significa “ave de oro”.
El río Texolo, además de su espectacular cascada, también en partes bajas es un importante atractivo turístico. Tiene poca fuerza y, en esta temporada, las rocas se asoman del agua, permitiendo a la gente cruzarlo.
El agua es cristalina. Se puede ver el fondo del afluente, pues tiene poca profundidad. La gente puede ingresar al agua sin ningún riesgo, sobre todo para desacalorarse, luego de caminar casi un kilómetro sobre la calzada para llegar a dicho lugar.
“Es muy pequeño su cauce, muy tranquilo, la extensión de la piedra que es erosionada por el agua se nota que ha tenido un cauce bastante grande. Me imagino que eso es en épocas de total lluvia. En esos momentos también se puede apreciar tal cual la cascada de Texolo”, comentan los mismos visitantes.
Teocelo se encuentra a 23 kilómetros de Xalapa, por el mismo camino que conduce a Xico, donde surge una desviación que desciende al pronunciado barranco conocido como Matlacóbatl, que significa “10 culebras”.